Dibujante, se formó en diversos estudios de animación, realizando storyboards para destacadas películas nacionales, obras de teatro y novela gráfica.
“Tres años después de salir del colegio supe que estaba esta posibilidad de Balmaceda. Pero siempre me pasaba, incluso cuando postulé a la beca, que encontraba que mis dibujos eran tan figurativos, tan prácticos, casi como pasados de moda, sobre todo al lado del trabajo de gente más expresionista, más abstracta, artistas de verdad. Pero lo bueno es que la gente de Balmaceda pudo discernir que había una mezcla de talento y falencia económica muy grande en mí, como en los demás chicos becados. Ellos vieron lo que uno a esa edad no ve, y que me ayudó para poder entrar a la Universidad de Chile.”