BARRAS: El sentido está en la audiencia Artes Visuales por Jairo Villalobos, participante LCC 2019 El sentido está en la audiencia La obra de arte destapa vinos: cuanto más cóncavo el fondo de la botella, mejor la exposición. Similar es la situación del blanco que rodea a la obra y el tipo de marco que se emplea en ella. El vacío es importante: van llegando de a poco. Los mayores, con reloj a la altura de la ingle, recuerdan anécdotas y la última vez que vinieron a apoyar a su amigo, el artista, ese que por abc motivo se rehusó a la ingeniería. “Me parece bastante interesante el uso del color” ,“Este quedaría perfecto en el living”, “Le combina a la alfombra”. Están en algo importante, no cabe duda. Mientras tanto, el artista dice un montón de palabras dignas de epitafio. El encargado de cultura lo felicita y lo declara patrimonio vivo. «Qué poco valoramos a nuestros artistas” ,“Deberíamos apreciarlos en vida». Avanza el canapé de mano en boca: «Parece que la obra era muy sesuda por que no he entendido nada»,»Me recordó al C.A.D.A, bastante críptico», «Que horror la dictadura». El hermetismo del arte no es algo nuevo, durante mucho tiempo las obras de arte estuvieron reservadas para una élite, mecenas, reyes, nobles, etc. Con el inicio de las vanguardias esto cambia, pero aun teniendo acceso a las obras, muchos reclaman asistir a ellas y no entender nada. Además hoy en día el arte parece no ser gravitante para el desarrollo de las personas, sin embargo, de vez en cuando aparecen “hacedores” que mediante su fantasía logran unir la espiritualidad con la realidad. Pocas veces he sentido que al entrar a una galería de arte los cuadros me ovacionen, generalmente soy yo el que los celebra. En “Barras” de Camilo Ortíz (en exposición en la Galería de Artes de BAJ Valparaíso) el grabado me interpela y sitúa en el punto de vista del ícono futbolista, ya que los cuadros como barras, al igual que en el fútbol profesional, me rodean desde los extremos. Me llega un pase a modo de pregunta ¿Por qué se han restado los artistas de temas como el fútbol? ¿Qué es el fútbol? ¿El sueño del individuo humilde y esforzado por convertirse en el Hércules de la meritocracia? ¿Un recreo de la infancia bien aprovechado? ¿Un corte extravagante? ¿Caídas exageradas? ¿La repetición del momento primigenio del invento de la rueda? Fútbol es muchas cosas y el arte también. Las gubias de Ortíz son los toperoles que cuñan el pasto de trupán. El fútbol ha logrado en él algo inédito, ver un partido y querer hacer obra, he ahí la sensibilidad de Ortíz y la importancia del fútbol, porque el fútbol si es gravitante para el desarrollo de las personas. Considero su gesto lo bastante inteligente como para creer que es capaz de llevar el arte a la vida tal como decía Rimbaud, y bueno, pues si la vida es fútbol, me parece que Ortíz es absolutamente moderno. En Barras varias preguntas priman por sobre la técnica y la estética. Hace lo invisible de las ideas, visible. No necesita mostrarnos a los jugadores: mediante las gradas nos relata la importancia del acontecimiento, a su vez es político, codifica el espacio público y su comportamiento en masa con la simple utilización de tres colores y una técnica antiquísima. Apenas termine de escribir no saldré de estas páginas para enlistarme en una barra, jugar una pichanga con mis amigos del barrio ni a colocarme los colores de Cobreloa. Saldré de este camarín con una pregunta abierta: ¿De qué otras tantas cosas se estará restando el arte? ¿Esas cosas le estarán restando público?