Por Nicolás Araya Gracias al mundo globalizado, no resulta descabellada la posibilidad de ver “cine chileno” en India, por ejemplo. Es interesante reflexionar en lo homogénea que se torna la producción cultural, ya que al pensar en una audiencia de consumo masivo, se opta por lo seguro para obtener cierta recaudación. O por lo menos esto es lo primero que pasa por mi mente al ver la comedia china “Lost in Thailand” (2012). Proyectada en Recreo, Viña del Mar, bajo el marco de la jornada inaugural del “Tercer ciclo de cine frente al mar”, organizado conjuntamente por el instituto Confucio de la Universidad Santo Tomás y la cineteca de la Universidad de Viña del Mar, se ciñe a las actividades relacionadas al año nuevo chino, eje temático de este ciclo. La necesidad de entendimiento de aspectos contextuales para “ver” (y disfrutar) cine comedia es la principal causa de que la película dirigida por Zheng Xu resulte ajena en algunos momentos: hay algunas bromas basadas en referencias a la cultura popular de China y Thailandia que no son graciosas porque se desconocen dichas referencias, lo que produce un silencio un poco incómodo en la audiencia. Es decir, los acontecimientos están teñidos de un halo un poco lejano, pese a que en términos de argumento es un filme tan simple como su montaje: un hombre de negocios, Xu Lang (protagonizado por Zheng Xu), viaja a Tailandia para cerrar un gran trato antes de que lo haga su antagonista, Gao Bao (Bo Huang), y, en el camino, se topa con su “Sancho”, Wang Bao (Baogiang Wang), de espontánea personalidad y mente infantil. Este “alejamiento” se intenta suplir con el abuso de elementos del tipo Los tres chiflados y con bromas del tenor de Adam Sandler, pero amenizan de manera insuficiente. No obstante, cabe destacar que los elementos narrativos secundarios, como problemas familiares y uno que otro conflicto psicológico interno, son cerrados de forma verosímil y coherente. También, todo acontecimiento que pudiera ser entendido como punto de inflexión en la trama, como la separación de los protagonistas y la posterior lluvia en la carretera (que intenta brindar una capa algo dramática a la cinta), es anunciado sutilmente y de manera casi desapercibida, lo que da cuenta de una película revisada y hecha respetuosamente. Este producto realizado con deferencia (tanta, que en sus latitudes tiene cuatro galardones), se suma a la lista de películas que todos vemos y que nadie recuerda, hecho que no empaña el acierto de los organizadores del evento al ocupar un espacio público para mostrar películas a la gente; acierto que pudo ser total si se hubiera escogido una película memorable. “Lost in Thailand”. Comedia. 2012. China. 105 minutos. T.E.